Dentro de las enfermedades reumáticas, nos encontramos las de causa autoinmune, entre las que se encuentran la artritis reumatoide, la espondilitis anquilosante, la artritis psoriásica, las vasculitis (como la enfermedad de Wegener), artritis idiopática juvenil…
En el tratamiento de estas enfermedades, lo que se pretende es actuar de manera selectiva en el proceso de la inflamación, inhibiendo las citoquinas implicadas en el mismo (por ejemplo, el factor de necrosis tumoral). Por ese motivo, se han desarrollado una serie de fármacos de nominados “medicamentos biológicos”, entre los que se encuentran el adalimumab (humiraR) o el etanercept, ambos antagonistas del factor de necrosis tumoral (FNT).
Al actuar inhibiendo el proceso inflamatorio, estos tratamientos provocan un aumento de la susceptibilidad a infecciones, tanto a nivel general como en la cavidad oral, y pueden retardar la cicatrización de heridas. Esto es muy importante a la hora de que el paciente necesite realizarse algún tipo de cirugía periodontal, extracciones dentarias o implantes osteointegrados, por lo que es fundamental que el dentista conozca que el paciente toma esa medicación, la pauta y el tiempo que lleva tomándola. Al ser fármacos nuevos, la experiencia en pacientes tratados con cirugía es limitada, hay muy poca documentación clínica sobre lo que puede influir a la hora de realizar estos tratamientos dentales, por lo que es importante ser cauto a la hora de realizarlos (utilizar antibióticos de manera preventiva, antisépticos, valorar la retirada de la medicación… o evitar realizar dichos tratamientos). El implantólogo debe tener en cuenta estas posibles complicaciones cuando hace la valoración del riesgo individual para efectuar el tratamiento quirúrgico e implantológico del paciente.
Otro “medicamento biológico” que ha comenzado a utilizarse actualmente en la osteoporosis, es el denosumab (ProliaR), que tiene riesgo de provocar, al igual que los bifosfonatos orales, al realizar extracciones dentales, cirugías o implantes, osteonecrosis mandibular, por lo que es fundamental también informar al dentista en el momento en el que se empieza a tomar.