Multitud de medicamentos producen boca seca, con consecuencias para la encía

Llamamos boca seca o xerostomía al trastorno caracterizado por la sensación  de que falta saliva en la boca. Cada día, un adulto sano produce normalmente entre 1,5 y 2 litros de saliva, lo que nos permite hablar, tragar, saborear la comida, digerir los alimentos y realizar otras funciones importantes. La saliva baña a los dientes con una solución rica en minerales, que ayuda a mantener la resistencia a las caries, e hidrata las mucosas orales, previniendo infecciones.

Es normal sentir en algún momento, la sensación de sequedad oral como consecuencia del estrés, nerviosismo, etc., pero si se cronifica en el tiempo, es decir, la sequedad persiste a diario, dando lugar a síntomas tales como dificultad para comer, hablar y masticar, sensación de ardor, o una necesidad frecuente de beber agua mientras se come, se puede convertir en un serio problema para la salud oral, ya que la sequedad irrita los tejidos blandos de la boca, lo que puede hacerlos más susceptibles a las infecciones, provocar un aumento de caries e incluso contribuir al mal aliento. Con respecto a las encías, la sequedad oral puede provocar un mayor acúmulo de placa y aumentar la incidencia y severidad de enfermedad periodontal.
Más de 500 medicamentos, como los antihistamínicos (para la alergia y el asma), antihipertensivos (para la tensión arterial), descongestionantes, diuréticos y antidepresivos, provocan, como efecto colateral, sequedad de boca. Según los expertos, el mayor porcentaje de casos de boca seca está producido por dichos medicamentos, aunque la sequedad se asocia también a otras enfermedades, como la diabetes y algunas de tipo autoinmune, como el síndrome de Sjögren, y a la irradiación de cabeza y cuello en pacientes con cáncer, en los que además, se suele producir un daño significativo a las glándulas salivales, lo que provoca una reducción drástica del flujo de saliva.
Las personas con boca seca, deben realizar revisiones regulares con el dentista, y explicar la medicación que toman, por si se pudiese modificar o reducir la dosis. Es fundamental aumentar la ingesta de líquidos, masticar chicle sin azúcar, evitar el tabaco y consumo de bebidas con cafeína y alcohol. A veces, el dentista puede recomendar sustitutos de saliva o sustancias hidratantes orales para mantener la boca húmeda.

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